Las sociedades de la información y del conocimiento, como nuevos paradigmas de organización social, han transformado sustancialmente las actividades económicas, sociales y culturales a escala mundial, si bien no siempre de manera equitativa. Existe una gran diferencia socioeconómica entre aquellas comunidades que cuentan con acceso regular y cotidiano a Internet y aquellas que no. Esta desigualdad, definida como brecha digital, fue reconocida en la primera Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Información (CMSI – WSIS) organizada por la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) en el año 2003 (WSIS, 2005). A partir de los resultados de esta reunión, la CMSI asumió como objetivo eliminar la brecha digital existente en el acceso a las tecnologías de la información y la comunicación en el mundo, específicamente las telecomunicaciones e Internet, y preparar planes de acción y políticas para reducir dicha desigualdad. Es en este contexto de profundas transformaciones y grandes desequilibrios observados en las sociedades actuales, donde el conocimiento se considera como un elemento fundamental de los procesos de producción económica y de reproducción de la herencia cultural de la humanidad, señalado como prioridad para la construcción de sociedades más igualitarias, así como el capital primordial para satisfacer la necesidad del cambio en las universidades; al centrarse primordialmente en su mejor distribución, su mayor flexibilidad, más eficiencia y mayor dinamismo.
En ese sentido, el factor tecnológico es uno de los que más presión ha ejercido sobre las universidades, al impulsar un cambio radical en las condiciones en que se produce y distribuye el conocimiento, facilitando la creación de espacios virtuales que permiten la colaboración remota y asíncrona entre grupos de científicos, artistas e intelectuales, al tiempo que se mejoran las oportunidades educativas a través de brindar herramientas que posibilitan el uso y desarrollo de nuevas estrategias y métodos de enseñanza, ambientes de aprendizaje innovadores y más interactivos, además de planes y programas de estudio más flexibles. Dentro de la vorágine tecnológica, el tema que mayor expectativa ha creado en torno a las potencialidades transformadoras de la tecnología en las universidades es la innovación educativa apoyada en tecnología. Internet, la red de redes, revoluciona la educación al facilitar el acceso y producción de conocimiento mediante la eliminación de barreras físicas tales como las distancias geográficas.
De este contexto surge la urgente necesidad de que las universidades, en particular las públicas, consecuentes con su identidad sustantiva vinculada con la función social y política de preservar, generar y difundir conocimientos socialmente útiles y legítimos, formen los recursos humanos que los retos de las sociedades actuales exigen; esto es, científicos, docentes y profesionales capaces de colaborar con otros de manera interdisciplinaria en la búsqueda de soluciones integrales a los retos planteados y capaces de participar en la construcción, asimilación y uso de nuevos paradigmas sin perder el enfoque humanista ni el rigor académico.
En materia de investigación sobre el campo de la educación mediada con tecnología, se puede observar que el Consejo Mexicano de Investigación Educativa (COMIE), máximo órgano para la investigación educativa en México, mantuvo desde su surgimiento en los años setenta y a través de su reorganización en los noventa el tema de la tecnología reducido al plano de la didáctica. Aunque se realizaron dos estudios del estado de la cuestión sobre Educación y TIC a lo largo de ese tiempo, no es sino hasta el año 2007 que se incluye explícitamente como línea para la presentación de trabajos en su Congreso Nacional de Investigación Educativa, bajo el nombre de Entornos Virtuales de Aprendizaje.
Por su parte, la Sociedad Mexicana de Cómputo Educativo (SOMECE) ha congregado desde hace más de veinte años a profesionales de la computación interesados en la aplicación de su investigación y desarrollo al campo educativo. Análogamente a lo que se observa en el caso de la investigación educativa, la mayor parte de los trabajos se orientaron inicialmente al abordaje de usos didácticos de diferentes recursos tecnológicos. Sin embargo, el concepto de entorno digital, entendido en su sentido de plataforma tecnológica para soportar cursos en línea, es utilizado en SOMECE ya como línea para presentación de trabajos desde 2002.
Es interesante señalar, finalmente, cómo el concepto de ambiente virtual se ha abierto paso para nombrar un nuevo tipo de espacio educativo. La virtualización de los sistemas escolares es también un fenómeno que se nombra como tal y que se observa recientemente en todo tipo de sistemas escolares. Por ello es cada vez más difícil hacer de la educación con tecnología un campo específico de observación al margen de lo que sucede en las instituciones en general, pues no se trata ya de un proceso de incorporación de tecnología para enseñar y aprender, sino de un paradigma que atraviesa las organizaciones escolares desde una perspectiva de transformación estructural y sistémica.
Aunque actualmente existe una oferta importante de programas de posgrado en educación a distancia o educación apoyada en TIC, en el ámbito nacional, es posible sostener que sus planes de estudio no abordan de manera integral los sistemas y ambientes educativos desde una perspectiva de interacción social mediada por tecnologías de información y comunicación. Aunque por supuesto cada programa tiene características particulares, es importante señalar el énfasis común que observan en la formación metodológica para la investigación de problemáticas educativas visualizadas por el doctorando, mismas que pueden ubicarse temáticamente en un amplio abanico de posibilidades, ofreciendo tutoría especializada en líneas que suelen separar la gestión educativa, la tecnología educativa, y lo relativo a otras disciplinas tales como la filosofía educativa, historia de la educación, sociología educativa, etcétera. Es decir, no existen cuerpos académicos que sostengan líneas de investigación como las que se proponen en este programa y que están claramente orientadas a la problemática derivada de la mediación tecnológica en la generación y gestión de los sistemas y ambientes educativos. En el ámbito nacional existen varios programas educativos de posgrado ofrecido en distintas instituciones educativas
La educación apoyada en tecnología es un campo emergente en el que confluyen aspectos de docencia, gestión, comunicación e innovación tecnológica, lo cual demanda la formación de nuevos perfiles académicos con una perspectiva interdisciplinaria, visión crítica y humanista. Sin embargo podemos constatar, cómo la mayoría de estas propuestas están diseñadas de manera unidisciplinar; esto es, con una clara orientación exclusiva hacia la pedagogía, la administración, la calidad o la tecnología, y con una propuesta curricular en la que las diferentes áreas son tratadas de manera independiente, quedando a los estudiantes la tarea de establecer las relaciones entre ellas – esto es, de encontrar, crear o descubrir la interdisciplina. En ese sentido, las propuestas de formación analizadas, basadas en un diseño disciplinar que deja de lado el entramado complejo entre áreas, intrínseco al problema de la innovación educativa, son limitadas para atender las demandas actuales de formación académica que implican atender los retos educativos que la nueva educación plantea.
Ante esta situación, consideramos que para promover y fortalecer la investigación efectiva en torno a la interacción entre educación y tecnologías de la información y la comunicación, particularmente en el marco del Espacio Común en Educación Superior a Distancia (ECOESaD), es necesario definir un nuevo programa de posgrado que integre los diferentes grupos de investigación de las diversas áreas de conocimiento que conforma la educación apoyada en TIC agrupados en líneas y proyectos de investigación interdisciplinarios.
Los avances en las tecnologías de información y comunicación han posibilitado la constitución de redes sociales y la emergencia de una visión colaborativa y cooperativa entre entidades de muy diversos tipos. Aunque este fenómeno no se explica solamente por las posibilidades tecnológicas, sino sobre todo por un contexto globalizado en lo económico, político, social y cultural, no puede dejarse de lado que este nuevo contexto es sustentado precisamente por las posibilidades tecnológicas.
Los sistemas y ambientes educativos no se sustraen a este fenómeno, a pesar de la resistencia en muchos de sus sectores a la introducción de tecnologías de información y comunicación. Prueba de ellos son los esfuerzos nacionales e internacionales por integrar criterios y programas de estudio, las organizaciones internacionales abocadas a la emisión de recomendaciones y estándares para las tecnologías aplicadas a la educación y los consorcios de universidades y las comunidades de individuos conformados para el desarrollo de plataformas y aplicaciones computacionales libres y abiertas para la educación.
El Doctorado en Sistemas y Ambientes Educativos se concibe en una modalidad mixta tutorial con actividades a distancia y de tipo presencial, para la formación de investigadores en un campo en el que la educación y las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) juegan un papel esencial. Se trata de un doctorado por investigación basado en efectuar un trabajo sistemático, innovativo y original de investigación en oposición con un doctorado profesionalizante que hace énfasis en la aplicación práctica de conocimientos avanzados en un área profesional (Martínez Ruiz y Sauleda Parés, 2007).
El campo temático del programa de doctorado está limitado únicamente por la multiplicidad de interacciones entre la educación y las tecnologías de la información y la comunicación, que incluyen entre otras la gestión de políticas públicas en materia de virtualización de los sistemas educativos, la aplicación de las TIC en los procesos de enseñanza-aprendizaje en el aula, la educación (a distancia) mediada con tecnología, la apropiación tecnológica como proceso y producto educativo, la administración de sistemas y ambientes educativos mediados por TIC y las transformaciones en los sistemas y ambientes educativos como respuesta a la ubicuidad de las TIC, que permean todos los quehaceres de la sociedad.